Se recomienda en cualquier terapia Infanto-Juvenil sesiones familiares complementarias para poder tratar las dificultades de forma integral y prestar apoyo e información a los cuidadores.
En este caso tanto si observamos alguna cuestión que nos preocupe en los niños o en nosotros mismos dentro de la crianza. Puede ocurrir el que nos sintamos abrumados con la etapa de desarrollo en la que esta el niño, que no sirvan las mismas herramientas que utilizábamos antes y no logremos encontrar la manera de comunicarnos, que a pesar de invertir mucho esfuerzo no logremos lo que queremos, etc.
Es difícil explicar todas las causas que nos pueden llevar a pedir ayuda en el entorno familiar y en cualquier otro, aunque suene demasiado generalista cuando sentimos o intuimos que algo nos preocupa o que podría ir mejor quizá sea suficiente para consultar con un profesional. Subestimamos esa intuición o ciertas sensaciones que en muchas ocasiones son muy acertadas.
Cuando convivimos en familia somos los que mejor conocemos este contexto y lo que ocurre en él, si algo puede mejorar es posible que lo estés percibiendo, no todo tiene que ir mal para acudir a pedir ayuda. Mejorar la comunicación o la calidad de vida de la familia es una razón suficiente.
La primera sesión siempre se realizará con los adultos a cargo buscando explorar la historia familiar, que nos expliquen desde el inicio y con detalles como se ha formado la misma. En este caso dependerá de la problemática y los miembros que formen la familia la organización de las sesiones, las estructuras o número de sesiones con cada persona o en conjunto se irán determinando en base a las necesidades.
Es muy complicado determinar algo tan estructurado cuando se trata de varias personas y con dinámicas familiares que se deben conocer para incluir a todos los miembros y que cada uno sienta que tiene su espacio a la par que se trabaje de una forma conjunta.