Los síntomas son una expresión del malestar, se debe abarcar de una forma profunda para lograr cambios duraderos. El apego, la personalidad y el vínculo con el terapeuta son la base para el cambio.
Lo más escuchado en las primeras sesiones es “ahora estoy mal pero yo creo que esto pasa desde hace tiempo”, la mayor parte de las veces pensamos que podemos “aguantar un poco más” o “no es tan grave como para acudir a terapia”. Si este mismo ejemplo lo pusiéramos con una dolencia física lo más probable es que acabaríamos acudiendo al médico o la farmacia.
Calificamos los eventos de graves y no graves de forma racional y esto es un error, cuando notemos malestares emocionales debemos explorar de donde vienen. No es necesario están fatal, si no que la terapia es una forma de autoconocimiento que nos hace ganar calidad de vida.
Las primeras sesiones se utilizan para conocer a la persona y su vida, que le ayudarán a reflexionar y a reconstruir su propia historia y que le ha llevado a ser como es. La base que se utiliza en todas las terapias es común:
-El apego tiene mucho que ver con las relaciones que formamos en nuestra vida adulta, nos hacemos un esquema de niños que solemos ir repitiendo y que en muchas ocasiones puede ser problemático seguir aplicándolo en nuestra vida actual.
-La personalidad, todos tenemos una personalidad que se va desarrollando a lo largo de nuestra vida con las experiencias y situaciones. Esta personalidad y nuestra historia de vida nos ayudarán a conocernos mejor y poder realizar cambios desde un plano más profundo y consciente. Haciendo así que los cambios sean duraderos y se trabajen desde la raíz.
-El vínculo con el terapeuta es esencial, no sentirte juzgado, la incondicionalidad, apoyo, la confianza, en definitiva sentirte en un vínculo seguro desde todas las perspectivas será completamente necesario para el trabajo. Sin este ingrediente no será posible llevar a cabo una terapia.
Depende de lo consultado y de la persona las terapias pueden ser diferentes, hacemos hincapié en adaptar cada terapia a las necesidades de cada uno. La frecuencia y las herramientas utilizadas suelen ser variadas, con lo que si te apetece estaremos encantados de atenderte y escuchar lo que necesitas para proponerte un plan de intervención.